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¿El final de un viaje? Pegasus Fantasy III Grand Finale



Después de dos presentaciones en la Arena Ciudad de México en 2022 y 2023, Anime Music Lab decido cambiar para el Saint Seiya: Pegasus Fantasy III Grand Finale en el Auditorio Nacional los pasados días sábado 29 y domingo 30 de marzo de 2025, ¿El final de un viaje?.


Sábado 29 de marzo (Nota por El Benjas)

Un tropiezo fuerte, pero con aterrizaje firme.
El fin de semana pasado, es decir, los días 29 y 30 de marzo se llevó a cabo el evento que reúne a los fanáticos de Saint Seiya de México y el mundo, para celebrar la serie, así como su bella y apasionante música, el concierto sinfónico “Pegasus Fantasy III Grand Finale” en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. En esta ocasión, a diferencia de los años pasados donde fueron funciones únicas, se realizó en dos fechas, ofreciendo cada una detalles únicos, y a continuación narraré lo observado por mí durante el sábado 29.



La primera diferencia de gran importancia es que los conciertos pasados se llevaron a cabo en la Arena Ciudad de México, pero en esta ocasión decidieron llevarlo al Auditorio, recinto considerado de los más importantes y prestigiosos del país, lo que trajo consigo ventajas y desventajas significativas, de las cuales hablaré más a detalle posteriormente, tales como detalles técnicos del evento y logística de los asistentes.

En esta ocasión se contó nuevamente con el talento mexicano de la Orquestra Sincrofonía dirigida por el maestro Rodrigo Cadet y con la participación de Irma Flores como la soprano. Igualmente, se tuvieron invitados especiales para cantar las canciones de inicio y fin de la serie, de México, Mauren Mendo y del extranjero contamos con la participación especial desde Japón de Yumi Matsusawa, quien regresa nuevamente, y con la participación de Kacky de Marina del Rey, quien se une por primera vez a estos eventos.




Otro detalle importante es el cambio de fechas, los eventos previos se llevaron a cabo en el mes de septiembre, y el PFIII se llevó a cabo en Marzo, dato que fue significativo debido a la limitación de tiempo y preparación para que pudiese asistir público tanto dentro como fuera del país, ya que muchos simplemente no pudieron dejar a un lado sus responsabilidades y compromisos, o bien, la documentación para el viaje, muchos de nuestros amigos y compañeros no pudieron asistir debido a ello.

Pese a esto, en este día sábado se logró exitosamente reunir a gente de toda la república mexicana junto con amigos del extranjero que regresan nuevamente al México, e incluso algunos que por primera vez vinieron para asistir y vivir la pasión de Saint Seiya al máximo. Vino gente de todo el continente americano, desde Canadá hasta Chile y su presencia nuevamente demostró el cariño y el afecto que se tiene a nuestra querida serie.



Como en el evento pasado, se contó con un meet & greet para los asistentes que contaran con boleto de Zona divina, evento que en el PFII fue criticado por su limitante ejecución. Aclaro, no estuve presente en ninguno de los eventos por lo que no puedo opinar sobre la ejecución del que se hizo en le PF III, pero por comentarios que me compartieron parece ser que la ejecución de este fue mejor que la de su predecesor, ya que al parecer fue menos restrictivo y se pudo convivir un poco mejor con los invitados. Un aspecto de crítica, sin embargo, es que al salir del recinto posterior a terminar el evento no se les permitió el acceso a los que contaban con boleto de zona divina hasta las 06:00pm, no se les permitió reingresar antes de esa hora, ni siquiera a las 4:00pm que fue la hora de acceso para los que contaran con boleto de zona dorada, por lo que tuvieron que esperar hasta la entrada del público general.



Por logística del recinto, no se colocaron las tiendas de los artículos de venta al público general adentro de las instalaciones, en esta ocasión se localizaba dentro de las instalaciones del casino Campo Marte, ubicado aproximadamente a 200 metros de distancia del Auditorio, el acceso y la atención fueron buenos por parte del staff y se contaba con la mercancía anunciada, así como algunas playeras del evento pasado.
En mi opinión, uno de los puntos negativos de que el evento fuera en el Auditorio Nacional, es que la manera en que manejan sus aspectos de seguridad y reglamentos es más estricta que lo que fue en la Arena, esto lo menciono porque hubo incidentes donde a personas que estaban llevando dinámicas de entrevista o participación de redes sociales, los detuvieron e intentaron quitarles los micrófonos que llevaban y retenerlos hasta el final del concierto, un problema que nunca se suscitó previamente.
El concierto del sábado inició a las 08:00pm, tras el anuncio de la segunda llamada, se pudo admirar un detalle destacable del escenario, el cual estaba cubierto por un velo blanco en el cual se iluminó el icónico reloj de fuego, dando paso a la cuenta regresiva para el inicio del concierto, aunque debo mencionar, desafortunadamente aquí es donde da inicio a los errores y detalles técnicos del evento que no pude pasar por alto. En este caso, el reloj de fuego al extinguirse el primero, fue el de tauro, causando que el último fuego en extinguirse fuese el de aries, detalle quizá menor, pero que considero a estas alturas y con la experiencia adquirida de Anime Music Lab no es aceptable.

Posterior a ello, inicia propiamente el concierto, demostrando que el maestro Cadet y la orquesta, las cuales considero realizaron un trabajo magnánimo durante todo el evento, han dominado la bella música del maestro Yokoyama, ya que a opinión mía, no hubo un solo error o detalle significativo en la interpretación de las icónicas melodías. Uno de los aspectos que consideré muy interesante y prácticos, fue que a diferencia de años pasados donde interpretaban una melodía completa, tal como se da en las pistas, realizaron “medleys” de las melodías más significativas para las diferentes sagas del anime, permitiendo así dar una amplia gama de melodías en una sola pieza del concierto.



Sin embargo, es aquí donde la falla más importante del evento se suscita y lo que considero el error más significativo de haber hecho el cambio de recinto, para contextualizar, en los eventos previos si bien hubo detalles técnicos, en el apartado visual del uso de las pantallas de la Arena Ciudad de México no se suscitó nada significativo que impidiese el disfrute de lo presentado en aquellas y visualmente funcionó de maravilla. Eso no se puede decir del Auditorio, puesto que desde el principio hubo errores y fallos técnicos que yo califico como imperdonables. El escenario contaba con dos pantallas, una gigante principal detrás de los músicos y una segunda pantalla opcional, la cual estaba sobre de ellos, esta pantalla era visible para los que tenían boletos de zona divina u oro y podía verse fácilmente al alzar la mirada, pero no era visible desde los asientos y filas más arriba del recinto. Destaco esto porque el uso visual de estas pantallas fue pobre, la pantalla central debería haber enfocado las escenas del anime como foco principal, y usado la pantalla extra como complemento visual, algo que ya se había hecho en la Arena Ciudad de México, pero por cuestiones ajenas al público, muchas de estas escenas del anime se veían en la pantalla adicional, no la principal, dejando en esta ampliaciones del fondo de la escena o añadidos visuales que claramente estaban destinados para la otra pantalla. La gota que derramó el vaso fue cuando la pantalla adicional descendió de su lugar y se posicionó en frente de la principal, desconozco el tipo de tecnología de esta pantalla pero se nota que está diseñada para poder permitir ver a través de ella y poder observar parcialmente la de atrás, y queda claro que la producción intentó hacer un efecto tridimensional con ambas pantallas, digo intentó porque falló miserablemente. El problema que mencioné anteriormente simplemente no permitió que se lograra ese efecto y solamente se volvió algo que distraía mucho y te sacaba de la inmersión con la música. Y como cereza en el pastel, ambas pantallas fallaron mucho con pixeles apagados, dejando grandes rectángulos negros en las escenas del anime que simplemente no podían ignorarse.




Este problema persistió hasta el final del primer intermedio, tras la actuación de Mauren, donde afortunadamente los organizadores atacaron el problema, ya que desde el inicio de la segunda mitad se regresó a la presentación tradicional y permitió que el concierto fuera lo que debió de ser desde el principio. Agradezco a la producción que hayan atendido el problema, pero reitero, a estas alturas esto jamás debió de ocurrir y mucho menos con el evento que cierra esta serie de conciertos, ya que indudablemente dejó una cicatriz notoria en la racha que llevaban.
Iniciando la segunda mitad el concierto se transformó en lo que debió ser, una excelsa experiencia auditiva y visual, la música de la saga de Poseidón fue un deleite personal, las interpretaciones de Yumi Matsuzawa fueron perfectas, con el añadido hermoso detalle de los pétalos de flor de cerezo con el mensaje de Shaka a Saori cayendo del techo del recinto durante Chikyuugi, y las interpretaciones enérgicas y apasionantes de Kaki con Soldier Dream y Pegasus Forever avivando el recinto.

Sin lugar a dudas, de lo más esperado para muchos fue el poder escuchar la música del Tenkai Hen Overture, la cual durante mucho tiempo ha sido problemática por la cuestión de los derechos pero que los organizadores lograron conseguir y dando cierre al concierto con la versión en español latino de Never interpretada por Mauren y por Irma Flores. Pero el verdadero final de la noche se dio cuando salieron los 4 intérpretes presentes y nos proporcionaron una versión en vivo de Pegasus Fantasy versión de Omega, algo que considero fue una grata sorpresa y que fue un deleite escuchar en vivo.

Si bien las cosas empezaron con el pie izquierdo, algo que personalmente atribuyo principalmente a la decisión de realizar el evento en el Aditorio Nacional en lugar de mantenerlo en la ya familiar Arena Ciudad de México, fue posible terminar la noche con el boom que todos esperábamos y pese a todo esa noche fue algo que no olvidaré en mucho tiempo.





Domingo 30 de Marzo  (Nota por Pollux)

Las manifestaciones y bloqueos en los alrededores del Auditorio Nacional no dieron tregua a los miles de fanáticos de Los Caballeros del Zodiaco que se congregaron para asistir al segundo concierto sinfónico Pegasus Fantasy III el domingo 30 de marzo. Sin embargo, rindiendo homenaje al espíritu de la serie, ninguna adversidad impidió su llegada al recinto, muchos de ellos desde temprano, para participar en el Meet & Greet con los artistas mexicanos y japoneses, incluido en los boletos Divinos, que ofrecían una experiencia exclusiva para quienes los adquirieron.

Aún quedaban varias horas antes de que el concierto comenzara, programado para las seis de la tarde.
El Meet & Greet del domingo fue menos ágil que el del sábado, aunque en contraste, tuvo un ambiente más relajado. Los asistentes encontraron a la organización y a los artistas menos tensos en comparación con el día anterior. Con los problemas logísticos y contratiempos superados, Irma Florez, Yumi Matsuzawa, Kacky y Mauren Mendo recibieron a los fans con sonrisas que reflejaban tanto satisfacción como alivio por ser el último evento del fin de semana.


Mientras tanto, la explanada del Auditorio Nacional se fue llenando de asistentes, muchos de ellos vistiendo las camisetas conmemorativas del concierto del día anterior, otros con atuendos alusivos a Saint Seiya, y algunos más, los más audaces, con elaborados disfraces de distintos personajes de la franquicia. El entusiasmo estaba presente, pero, al igual que en el Meet & Greet, el ambiente era más calmado, menos efervescente que en eventos anteriores.

No me malinterpreten: no quiero decir que la gente estuviera desanimada. Simplemente, la actitud era más tranquila. El sol golpeaba con intensidad y muchos optaron por resguardarse en la sombra, mientras que otros prefirieron ingresar al lobby para refrescarse con una cerveza mientras esperaban el inicio del espectáculo.
A pesar de la convocatoria, la asistencia fue menor a la esperada. Aunque la afluencia de público era considerable, a simple vista se notaba que el Auditorio no estaba lleno. Al ingresar a la sala, se hicieron evidentes grandes zonas vacías, salvo en las secciones Divina y Dorada, que casi agotaron sus entradas gracias a los premios exclusivos para sus compradores, como la litografía de Michi Himeno, esta vez dedicada a Aioria de Leo (la noche anterior había sido Aiolos de Sagitario), además de mercancía especial. Sin embargo, las zonas Plata, Bronce y Soldado tuvieron una baja asistencia.
A pesar de los esfuerzos de la organización por llenar el recinto, la fecha en domingo no resultó suficientemente atractiva para muchos, quienes prefirieron no enfrentarse al tráfico ni comprometer su descanso previo al inicio de la semana laboral. Prueba de ello fue que la organización llegó a regalar boletos dobles en las secciones más económicas a través de distintos medios, un movimiento inusual en comparación con las ediciones anteriores del concierto.

De hecho, algunos asistentes decidieron a última hora quedarse, mientras que otros acudieron únicamente a recoger su mercancía exclusiva y se retiraron temprano. Después de todo, la mayoría ya había visto prácticamente el mismo concierto el día anterior y no todos encontraron razón suficiente para repetir la experiencia.
Esta sensación de desinterés parece haber acompañado al evento desde su anuncio. Aunque la emoción se reavivó al acercarse la fecha y al reencontrarse con amigos, la cobertura en redes sociales fue menor en comparación con la que tuvo Pegasus Fantasy II.

Y es que Pegasus Fantasy III: Grand Finale se llevó a cabo bajo condiciones distintas a sus predecesores. Por primera vez, se realizó en una nueva locación y en una fecha diferente a la acostumbrada: finales de marzo en lugar de septiembre. Además, al tratarse de un evento doble con repertorios similares entre ambas fechas, la premura del anuncio y la época del año complicaron la asistencia de fans de otros estados e incluso del extranjero. Para muchos, viajar anualmente a la Ciudad de México durante cuatro años seguidos resultó un reto económico difícil de afrontar.

El concierto comenzó puntualmente con la proyección del Reloj de Fuego marcando la cuenta regresiva, seguido de la icónica apertura de Pegasus Fantasy, interpretada por la Orquesta Sincrofonía bajo la batuta del maestro Rodrigo Cadet.



En la primera parte del evento, la participación de los cantantes japoneses fue prácticamente nula, reforzando la percepción de que fueron invitados secundarios dentro del espectáculo. No obstante, Irma Florez se consolidó como la estrella de estos conciertos, con una interpretación impecable y cargada de emoción, dejando atrás la tensión del día anterior. Su estilo, apegado al material original, pero con su propio sello, la llevó a conmover al público hasta las lágrimas en más de una ocasión.
Mauren Mendo, con su energía característica, animó al público, mientras que Yumi Matsuzawa sorprendió con una ejecución tan precisa que algunos juraron que era playback. Su carismática interacción con el público en español le valió una ovación tras otra. Kacky, por su parte, fue una grata revelación, destacando con temas como Soldier Dream y Megami no Senshi, que despertaron la euforia entre los asistentes.
La Orquesta Sincrofonía y el ensamble coral mostraron una notable evolución en su ejecución, cómo lo hicieron vez tras vez en cada uno de estos eventos. Aunque aún no alcanzan la sincronización milimétrica de otros conciertos sinfónicos internacionales, la mejora entre cada evento es evidente. Sin embargo, para muchos, la selección musical de la primera parte dejó que desear, pues la transición de las Guerras Galácticas a las Doce Casas no fue la más acertada. Además, la presencia de Seiya en los visuales fue escasa, algo que no pasó desapercibido para sus seguidores, aunque los fans de Shiryu y Hyoga tuvieron poco de qué quejarse.




El concierto del domingo se benefició de la ausencia de los problemas técnicos del día anterior, como los errores en las pantallas del escenario que generaron frustración entre algunos asistentes y organizadores. Sin embargo, la escenografía fue la menos impactante de los conciertos previos, y la calidad de las proyecciones en pantalla dejó mucho que desear, siendo visiblemente inferior a la de los eventos en la Arena Ciudad de México.



Entre los comentarios recurrentes de los asistentes, hubo una crítica particular hacia los pines exclusivos vendidos para estos conciertos. Aunque presentados como artículos únicos, su diseño es extremadamente similar a los pines de los Santos Dorados vendidos por The Limited Co.: Geek Store, lo que para muchos le restó valor a su exclusividad, siendo la caja en la que venían presentados el único elemento realmente distintivo.
A pesar de todo, es innegable que estos eventos han sido una hazaña tanto para el fandom como para los organizadores. Que Saint Seiya haya sido la primera serie de animación japonesa en presentarse en el Auditorio Nacional es un logro digno de reconocimiento. No obstante, en balance, la Arena Ciudad de México parece un recinto más adecuado para estos conciertos, tanto por comodidad como por la libertad que ofrecía para la convivencia del fandom antes del evento.


Finalmente, es importante enfatizar que, aunque hay observaciones sobre aspectos que podrían mejorar, en su mayoría estos eventos han dejado experiencias positivas para los asistentes. La crítica es expresada con respeto y sin intención de desmerecer el esfuerzo de los organizadores ni la dedicación de los artistas involucrados. La comunidad de Saint Seiya sigue teniendo un espacio privilegiado para disfrutar de su pasión, y ese es un mérito que debe reconocerse.





En cuanto al futuro, Rodrigo Cadet se despidió con un “Nos vemos pronto”. ¿Podría haber un sinfónico de Saint Seiya Omega como el último número del concierto, con el ensamble de los cantantes interpretando su versión de Pegasus Fantasy parecería sugerir? ¿O quizás se refería al concierto de Dragon Ball?
Solo el tiempo lo dirá.




Créditos Nota del Sábado: El Benjas / Nota del Domingo: Pollux


Litografías ilustradas y autografiadas por Michi Himeno:


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